Algunas veces la perfección se alcanza de la manera más simple y eficiente. Ese es el caso al cocinar una deliciosa tanda de tocineta para un desayuno en familia.   Aunque en muchos libros de cocina se nos instruye en diversas y complicadas formas de preparar este suculento bocado, ya sea en el horno, o laboriosamente volteando laja por laja sobre una parrilla una y otra vez, etc., lo mejor para obtener una cocción perfecta es cocinar la tanda entera (alrededor de una libra) en una sartén (sin engrasar) que distribuya bien el calor de la estufa.

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Se separan las lajas con un par de tenedores y se distribuyen en la sartén. El calor debe ser entre bajo y medio para que las tocinetas suelten su grasa lentamente sin que ésta se queme, pues, al final, como cuando se hacen chicharrones, se acaban de freír en su propia grasa. A medida que se van cocinando se revuelven y separan una de otra para que se cocinen todas por igual.  Si se presentan explosiones agresivas de grasa chisporroteante se debe bajar el calor un poco. Al final, no sólo quedan las tocinetas perfectamente crocantes y cocinadas parejo, también nos queda en la sartén una buena cantidad de grasa de cerdo que se puede envasar y guardar en la nevera y utilizar más tarde para enriquecer el sabor de otras comidas (frijoles, pan, arepas, huevos fritos, etc.)