El placer de la experiencia gastronómica al consumir alimentos y bebidas que no se consiguen en el país de origen y la necesidad fisiológica de sobrevivencia, genera el turismo gastronómico.

El turismo gastronómico se está desarrollando desde una práctica, a veces poco reflexionada y sin mucha fundamentación científica y teórica, especialmente en Colombia, donde son pocas las investigaciones sobre el tema y mínimos los datos que se consiguen.

En España, por ejemplo, sucede lo contrario. En 2009, el turismo gastronómico atrajo a seis millones de visitantes internacionales, mientras que en 2014 la cifra creció a 7,4 millones. Esto sin contar con los residentes de este país que en número de 25 millones se movilizaron de su residencia a diferentes destinos con el fin de disfrutar de su variada y reconocida gastronomía. Estas son cifras que orgullosamente presenta hoy Turespaña al mundo.

Igual que Colombia, el país ibérico cuenta con una variedad de platos que identifican sus distintos lugares y culturas. Lo que les ha diferenciado en buena parte de su desarrollo es que, en una primera etapa, se dieron a la tarea de identificar los platos tradicionales, sus recetas y presentaciones.

Posteriormente, identificaron las necesidades del comensal contemporáneo para satisfacerlo, tratando de conservar el valor cultural y tradicional que identifica la buena gastronomía.

Son muchos los esfuerzos que han tratado de hacerse desde el Ministerio de Cultura y el de Comercio, Industria y Turismo, pero el aumento de flujo de turistas internacionales, que busquen una colombianísima experiencia gustativa, alrededor del sabor de sus platos tradicionales, está por evidenciarse en cifras.

El lector podrá preguntarse, ¿para qué se necesitan estudios teóricos e investigaciones en este campo, cuando lo que se necesita es crecer en ventas y número de visitantes?

Aunque la respuesta es tan sencilla como contundente: estos estudios deben permitir las bases sólidas para la planificación del sector, su promoción y comercialización. En otras palabras, para dinamizar el ingreso de divisas al país, de manera tal que se beneficien los sectores económicos más necesitados y menos favorecidos de la sociedad y esto lo permite este subsector turístico.

El cuerpo y alma de los platos gastronómicos, representativos de nuestra diversidad cultural, sin duda alguna son capaces de seducir buena parte de los paladares del mundo.
Por:  I. U. Colegio Mayor de Antioquia – Programa de Gastronomía – Arturo Carvajal Arboleda – Docente Colegio Mayor de Antioquia – arturo.carvajal@colmayor.edu.co