viernes , 29 marzo, 2024
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Biología frutal

Biología frutal

“La suculenta dulzura que la mayoría de los frutos desarrollan a medida que maduran, es una invitación de las plantas para que los animales las ingieran y sus semillas sean regadas por el mundo”.

Las frutas son los únicos alimentos que fueron creados para ser deliciosos por dentro y atractivos por fuera. De todas las partes que conforman las plantas, solo sus frutos se desarrollaron para ser consumidos por nosotros y los animales. Muchas de las frutas solo necesitan de una cocción natural llamada maduración para ser consumidos. A diferencia de los humanos y animales, las plantas no tienen movilidad por lo que su reproducción es más difícil. Nosotros podemos movernos, escoger nuestras parejas y reproducirnos. Las plantas no se mueven por lo que dependen de intermediarios para su reproducción. Para atraer a sus intermediarios, las plantas han desarrollado organismos como las flores cuya forma, color y aroma atraen a sus asistentes,
pájaros e insectos, para propagar el polen y néctar de flor en flor y así reproducirse.

En el caso de los animales, una vez las crías crecen, pueden moverse y encontrar sus propios territorios para recomenzar el ciclo eterno de la vida. Las plantas no tienen esa movilidad y por esto necesitan ayuda. Si la propagación de las plantas dependiera solamente de los frutos que se les caen, los nuevos retoños competirían con sus padres por el sol, agua y nutrientes. Simplemente las posibilidades de crecer fuertes y sanos serían menores. Por esta razón las plantas exitosas desarrollaron mecanismos para propagarse sin necesidad de movimiento. Estos mecanismos pueden ser pequeños empaques de semillas que llegado el momento explotan diseminando las semillas en todas las direcciones, semillas con apéndices que aprovechan el viento para salir volando o que se pegan a las pieles de animales que se recuestan en las plantas, y los frutos que prácticamente invitan a que los animales se los coman, carguen las semillas en sus barrigas y luego las depositen en algún lugar con una buena carga de abono. Entre la carnosidad de los frutos, las semillas son lo suficiente duras como para salvarse de ser destruidas por el sistema digestivo de los animales.

Las frutas, pues, son hechas para ser ingeridas. Pero esa atracción, debe ser retrasada hasta que las semillas de los frutos estén maduras y viables. Este es el verdadero propósito de los cambios de color, aroma, sabor y textura que llamamos maduración. De todos nuestros alimentos, las frutas son únicas en su proceso de pasar de incomestibles a deliciosos alimentos. Por el contrario, algunos vegetales y animales, son más tiernos y delicados para ingerir cuando están jóvenes.

Las frutas son órganos que se desarrollan a partir de las flores en particular del tejido femenino de la flor llamado ovario que se encarga de encapsular las semillas. Osea que la “carne” que tanto nos gusta de las frutas, es simplemente la pared del ovario que se ha engrosado. Las frutas por lo general pasan por cuatro etapas de desarrollo. La primera etapa es la fertilización del óvulo femenino por el polen masculino. La segunda etapa es la multiplicación de las células en la pared del ovario. La tercera etapa es la expansión de las células almacenadoras de nutrientes y por último la cuarta etapa es la maduración. En esta última etapa ocurren unos cambios simultáneos y drásticos que llevan a la muerte de la fruta, etapa en la que los niveles de almidón y acidez se reducen mientras que el de azúcar se incrementa, la textura se ablanda y la mayoría de los químicos de defensa desaparecen (pudrición).

Por:  Jorge Julián Uribe: Administrador de la Universidad de Carolina del Norte y graduado en el Instituto de Artes Culinarias de la Mississippi University for Women.

 

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